Instituto Dr. Rosa

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sábado, 8 de septiembre de 2012

Honduras


Imagenes Del Parque Central De Tocoa




Parque Central de Tocoa Colon


Cacique Lempira


La historia del cacique Lempira 

Lempira fue un importante líder de la resistencia indígena contra la dominación española. Su zona de operaciones fue un extenso y áspero territorio en la mitad sur de lo que ahora es el departamento de Lempira en Honduras.

El cronista Antonio de Herrera describe a Lempira —cuyo nombre significa ‘Señor de la Sierra’— como “de mediana estatura, espaldudo y de gruesos miembros, bravo y valiente y de buena razón, nunca tuvo más de dos mujeres y murió de 38 a 40 años”.
En el año de 1537, después de la muerte del cacique Entepica, de quien fue lugarteniente, Lempira logró convocar a 200 pueblos para que pelearan unidos contra los españoles, incluyendo a la tribu de los Cares, tradicionales enemigos de la tribu de los Cerquines a la que pertenecía Lempira.
Lempira logró persuadir a 30,000 hombres para luchar por su libertad, y ofreció ser su capitán para conducirlos a la victoria, prometiendo afrontar los mayores peligros, porque consideraba inaceptable que tantos hombres valientes fueran sometidos por unos pocos extranjeros.
Los guerreros se posicionaron en sitios altos y fortificados, llamados “peñoles” por los españoles, a los que conducían a toda la comunidad con abundantes provisiones.
Los principales peñoles de la alianza indígena fueron el cerro Gualapa, el pico de Congolón, el cerro de Coyocutena, el Peñón de Cerquín, el cerro de El Broquel y las lomas de Gualasapa.
Pero el atrincheramiento más importante fue sin duda el Peñón de Cerquín, dirigido por el propio Lempira. El gobernador español de la provincia, Francisco Montejo, entendió que si se quería avanzar en el proceso de la conquista había que apoderarse de esta fortaleza, para lo cual designó al capitán Alonso Cáceres, quien con sus hombres sitió al peñol durante seis meses; pero los indios —que estaban con sus mujeres e hijos bien aprovisionados de víveres— resistieron valientemente el sitio, causando numerosas bajas españolas con sus fechas provistas de agudas piedras de pedernal.
Viendo la valiente resistencia indígena el capitán Alonso Cáceres decidió tomarse la fortaleza por medio de la traición. Para ello dispuso que un soldado se aproximase con su caballo a una roca donde Lempira estaba de pie, y que, mientras le hacía proposiciones de paz, otro soldado cabalgando a la grupa, le disparara con su arcabuz. La estratagema se cumplió al pie de la letra, y al morir el capitán indígena, la numerosa tropa que lo acompañaba se dispersó por los montes, y poco después se rindió a los españoles.
El cronista Herrera narra así el episodio de la traición: “el capitán Cáceres ordenó que un soldado se pusiese a caballo, tan cerca que un arcabuz le pudiese alcanzar de puntería, y que este le hablase, amonestándole, que admitiese la amistad que se le ofrecía; y que otro soldado estando a las ancas, con el arcabuz le tirase; y ordenado de esta manera, el soldado trabó su plática y dijo sus consejos y persuasiones, y el cacique le respondía que ‘la guerra no había de cansar a los soldados ni espantarlos, y que el que más pudiese vencería’; y diciendo otras palabras arrogantes, más que de indio, el soldado de las ancas le apuntó cuando vio la ocasión, y le dio en la frente, sin que le valiese un morrión, que a su usanza tenía, muy galano y empenachado”.
Por tradición se sostiene que Lempira cayó en el sitio de Piedra Parada, cerca de el Pico Congolón, aunque también hay otro sitio conocido como Piedra Parada cerca de Erandique; pero las investigaciones en el terreno conducen a pensar que el héroe indígena pereció en el propio Peñón de Cerquín.
El historiador hondureño Mario Felipe Martínez ha puesto en duda la versión de la muerte de Lempira de Antonio de Herrera, después de descubrir en el Archivo de Indias una probanza que presentó en 1558 ante las autoridades españolas de México el soldado Rodrigo Ruiz.
El documento es de suma importancia, porque confirma la existencia real de Lempira —al que algunos hondureños de escasa fibra patriótica consideran una leyenda— el nombre del cacique (al que se refiere como El Empira), la descripción de la guerra y el escenario de la misma.
El propósito del soldado Rodrigo Ruiz al escribir esta probanza era impresionar a las autoridades españolas con el fin de obtener una pensión para los últimos años de su vida. Allí Rodrigo cuenta la hazaña de haberse enfrentado solo ante Lempira, provisto de su espada y rodela, llevando su cabeza como trofeo y recibiendo en el camino muchas heridas de parte de los indios, heridas que casi le provocan la muerte.
Aunque Rodrigo apoya su dicho con el informe de varios testigos —algunos supuestamente presenciales— no se puede confiar totalmente en el testimonio de unos compañeros de guerra dispuestos a ayudar a su amigo en un hecho de unos veinte años atrás.
Por su parte el obispo Cristóbal de Pedraza —quien se destacara por su defensa de los indígenas— en una fecha tan fresca como lo es el 18 de mayo de 1539 informa desde Gracias a los Reyes de España que a Lempira fue necesario vencerlo con ‘cierta industria’, es decir, no en combate frontal, como dice Ruiz.

Dionisio Herrera


Dionisio Herrera
Nació en: Choluteca el 9 de octubre de 1781.
Hijo de:    Juan Jacinto Herrera y Paula Díaz del Valle.
Realizó estudios: superiores en la Universida de  San Carlos de Guatemala. Al regresar a Honduras, Pasó a desempeñar la Secretaria del Ayuntamiento de Tegucigalpa. Fue organizador de tertulias donde se comentaban los sucesos de España, México, las luchas de Bolívar y San Martín.

Fue electo Jefe de Estado por cuatro años por la Asamblea Constituyente reunida en Cedros, y como Vicejefe, José Justo Milla. Nombro a Francisco Morazán Secretario General . Juró la Constitución Federal. Dividió el territorio hondureño en 7 departamentos. Creó la primera Corte Suprema de Justicia y el primer Escudo de Armas. Promulgó la primera Constitución Política del Estado de Honduras. Chocó con el Presidente Federal Manuel José Arce por haber éste aceptado ilegalmente la renuncia del Vicejefe Justo Milla y convocado a una nueva elección de Jefe de Honduras. Arce, y el Vicario José Nicolas Irias, de Comayagua, conspiraron en contra de Herrera y del último llegó hasta excomulgarlo y trató de asesinarlo. Justo Milla, con el apoyo de Arce, invadió a Honduras desde Guatemala, y sitió y prendió fuego a Comayagua. El traidor español Antonio Fernández, Comandante de la Plaza, capituló, y el Jefe Herrera fue apresado y conducido a Guatemala.

Aproximaciones a Dionisio de Herrera

Por: Luis Armando Verde

. Dionisio de Herrera no es solamente un caso histórico en la política hondureña. Es mucho más. Herrera es artífice de nuestra nacionalidad y un consecuente defensor de las libertades públicas. Perteneció a una familia de hondo arraigo en el país, primo de José Cecilio del Valle, otro influyente intelectual de su época, formado en la muy ilustre universidad de San Carlos de Guatemala a la que tenían acceso únicamente los adinerados de la aristocracia chapina y uno que otro criollo filtrado gracias a las bondades de reconocimiento y la buena fortuna. Herrera es considerado un hombre de pensamiento liberal, conocedor de las ideas de la ilustración y ferviente apasionado por la historia. En su biblioteca personal abundaban los textos en francés, pues se afirmó que era una de las más completas, a tal grado que sus opositores políticos la incendiaron en las cercanías del puente Mallol de Tegucigalpa por encontrar “libros herejes”.
Las diferencias entre el vicario Irías y el Jefe de Estado Herrera llegaron al extremo de excomulgarlo acusándolo de francmasón y poniendo a una parte de la población en su contra.
Esta acusación resultó difícil de explicar, además en ese momento era evidente la posición de la jerarquía eclesiástica arrimada a las clases más reaccionarias y su persecución a todos los partidarios del liberalismo considerado peligroso, pues así funcionaba la vieja alianza entre el trono y el altar, hasta se dijo: “es perfectamente compatible ser católico y masón, pues el punto de partida de la masonería es la creencia en Dios”.
Muchos historiadores opinan que las disputas políticas eran transferidas al campo religioso si detrás de ellas existían problemas económicos. Recién proclamada la independencia el gobierno de Comayagua pidió al mismo provisor del Obispado que ordenara a sus feligreses obedecer a su gobierno y no a las autoridades nombrados por Guatemala.
El Congreso Constituyente de Honduras eligió Jefe de Estado a Herrera el 16 de Septiembre de 1824, posteriormente conocido como Asamblea, la cual dispuso una serie de medidas legislativas; al dividir el territorio en siete departamentos (Comayagua, Tegucigalpa, Gracias a Dios, Santa Bárbara, Yoro, Olancho y Choluteca) que sirvió para rubricar simbólicamente el nuevo ordenamiento y diseñar el escudo de Honduras.
La Asamblea hondureña, con asiento en Comayagua juró a su vez la Constitución Política de Centroamérica basada en dos principios filosóficos de la revolución francesa y la Carta de Estados Unidos, y como tal, era federal, popular y representativa, formada también por un poder bicameral, es decir un congreso y un senado y el Poder Judicial.
En cuanto a las disposiciones generales, llama la atención concedida a los derechos humanos, al decretarse la abolición de la esclavitud antes que Estados Unidos de América y Rusia.
El establecimiento de derechos que gozarían prisioneros y acusados en espera de sentencia, el respeto a la privacidad de los ciudadanos, determinando que solo podían decomisarse como prueba los papeles personales en caso de traición a la patria y que su publicación era imprescindible para constatar la verdad.
El gobierno de Herrera estableció las tertulias patrióticas para consolidar principios republicanos. Estos espacios políticos habían sido impuestos por la vía del decreto en Guatemala desde los albores de la independencia, en ellos se reunían destacadas personalidades para discutir la situación política y económica de la región. Herrera es además autor del Acta de Independencia de Honduras, redactada el 28 de Septiembre de 1821, poco después de la llegada de los pliegos; con la revolución triunfante de Morazán fue nombrado para que pacificara Nicaragua.
Este proyectismo social y su carrera política definen la esencia del verdadero estadista y está por encima de aquellos personajes de nuestro medio elaborados con arcilla de mala calidad.
También lo encontramos en las postrimerías de su vida y en otras circunstancias radicado en El Salvador, como maestro de escuela, aquí muere en 1850 dejando en su testamento tres pesos como símbolo de universal humanidad destinados a la educación del vecino país.

Escudo Nacional de Honduras


Escudo Nacional de Honduras 
Explicacion del Escudo Nacional
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El triángulo equilátero
Significa la perfecta igualdad de todos los hondureños ante la ley; todos gozamos de los mismos derechos y que todos tenemos las mismas obligaciones.
El volcán
Situado entre dos castillos, es el recuerdo constante de que él perteneció al grupo de los cinco volcanes que figuraron en la base del triángulo equilátero del Escudo Federal.

Los dos castillos
Uno en las costas del Mar de las Antillas y otro en las del Golfo de Fonseca, significan los baluartes en que se puso a prueba el valor indomable de la raza aborigen, ante cuyos muros se estrelló muchas veces la furia del conquistador.

El arcoiris
Con sus extremos sobre los dos castillos está simbolizando la paz, la unión de la familia hondureña, la elevación de ideales.

El sol naciente
Esparce luz e ilumina el horizonte haciendo resaltar la hermosura del país. Simboliza la libertad, el amor a la patria, virtudes por las cuales cayó Lempira bajo el plomo traidor de los conquistadores, para pasar a los espacios infinitos de la inmortalidad, dejando como recuerdo imperecedero la enhiesta cumbre del Coyocutena.

Los dos mares
El terreno sobre el cual está ubicado el triángulo equilátero, se figura bañado por los océanos, Atlántico y Pacífico que simbolizan la ruta que siguió Colón para llegar a esta tierra.

El óvalo
Simboliza el receptáculo en donde ha de guardarse el recuerdo de la fecha de emancipación política con esta leyenda: ``República de Honduras, libre, soberana e independiente, 15 de septiembre de 1821''.

Aljaba llena de flechas
Simboliza la vida guerrera de nuestros indios y mantiene vivo entre nosotros el recuerdo inmarcesible de Lempira.

Cuernos de la abundancia
Están unidos por un fuerte lazo y penden de la aljaba, simbolizando la riqueza vegetal de Honduras.

Cordillera de montañas
Constituye la base en que descansa el óvalo, significando que nuestro territorio es montañoso con una gran variedad de clima.

Los robles y los pinos
Significan que en nuestras selvas y montañas hay abundancia de madera preciosa, de mérito y valor.

Las minas y herramientas
Las minas son indicio de que nuestra tierra conserva en sus entrañas riquezas maravillosas que al ser debidamente explotados con auxilio de la técnica moderna nuestro país sería rico y feliz. Las herramientas son el reclamo constante que la patria hace a sus hijos invitándoles al trabajo para formar la conciencia nacional en el yunque del honor.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Jose Trinidad Cabañas

Jose Trinidad Cabañas
Nació en la Villa de Tegucigalpa, el 9 de junio de 1805, ingresó al colegio tridentino, donde estudió gramática latina, teología y filosofía.

Ingresó al ejército bajo las órdenes del Gral. Morazán. Cabañas realizó grandes hazañas debido a su gran valentía en el campo de batalla, una de las más famosas batallas fue la del Espíritu Santo, en El Salvador el 6 de abril de 1839.
Después de la muerte de Morazán, el Gral. Cabañas regresó a El Salvador donde vivió por varios años.

Estando ahí, fue informado de que el Congreso Nacional de su país , lo había elegido presidente de Honduras.

Tomó posesión del cargo el lero. de marzo de 1852, durante el cual realizó importantes obras como fomentar la instrucción pública, la agricultura y la minería.
Fue condecorado con el título "Soldado de la Patria".

La República de El Salvador dio su nombre a uno de sus departamentos, en reconocimiento de su honradez, patriotismo y valentía. Falleció el 8 de enero de 1871, a la edad de 65 años en la ciudad de Comayagua.